La turquesa ha sido apreciada por multitud de culturas
desde la mas remota antigüedad. Encontramos vestigios de su utilización y
prestigio por todo el mundo, Egipto, Mesopotamia, los pueblos incas, aztecas,
los nativos de Norteamérica, China,
India, Europa, Rusia, Nepal, Japón, etc.
La turquesa es una gran sanadora que nos aporta bienestar y paz. Además
es un mineral protector con el que se han manufacturado amuletos desde tiempos
inmemoriales. Ya desde antiguo se conocía su capacidad para rechazar tanto ataques
de carácter psíquico como a fuerzas malignas.
La turquesa es un mineral que estimula la sintonía entre
grupos y situaciones. Potencia la comunicación entre los mundos físico y
espiritual. Es además de un estimulo para conectar diferentes realidades,
además se la considera un mineral de equilibrio. Une las energías de tierra y
cielo, masculinas y femeninas.
Energéticamente hablando equilibra y realinea tanto los
chakras como los cuerpos sutiles. Hay que resaltar las benéficas cualidades
sobre dos de los chakras superiores, el tercer ojo y el garganta.
Colocada sobre el tercer ojo la turquesa nos abre a los
mundos espirituales, potenciando y
estimulando a su vez la intuición y la meditación. Sobre el chakra garganta nos
libera de inhibiciones y auto censuras facilita que volvamos a expresarnos con
naturalidad.
Otra característica importante de la turquesa es su
capacidad de purificación, disipa las
energías negativas, limpia la bruma electromagnética y nos protege de las
poluciones del medio ambiente.
Psicológicamente tiene unas influencias muy positivas, lo
que la hace especialmente querida a lo largo y ancho del mundo.
La turquesa nos ayuda a mantener la calma interior
manteniéndonos al mismo tiempo en alerta.
Es un mineral que potencia la capacidad de autorrealización,
nos ayuda a resolver nuestros problemas
de forma creativa. Calma los nervios y nos ayuda a expresar con fluidez y de
forma natural nuestras ideas.
Es un mineral que nos fortalece y nos ayuda a disolver estructuras
mentales que podamos estar arrastrando a lo largo del tiempo, permitiéndonos
expandir nuestra mente y evolucionar.
Es un mineral que viene muy bien para tratar la depresión
el agotamiento y los ataques de pánico.
Por ultimo decir que
estimula el amor romántico, incluso la tradición popular nos dice que la
turquesa nos avisa de una posible infidelidad cambiando de color.